Mi 8 de marzo (mi ofrecimiento de hermandad)

Quiero dedicar esta entrada a mi madre, a mis hermanas, a mis mentoras y amigas.

Aquí con mi luz. La foto la hizo mi marido de prisa, ya estaba con contracciones, así que la hizo corriendo.

Aquí con mi luz. La foto la hizo mi marido de prisa, ya estaba con contracciones, así que la hizo corriendo.

Hace 4 años ya que tuve a mi primera hija. Un solecito que se llama Luz. Luz nació con el primer rayo de sol que asomó por el paritorio, lo recuerdo bien y fue como si fuera un vaticinio de lo que pasaría con mi vida después.

No quiero hacer el cuento largo con mi relación con ella pues de eso no es de lo que quiero hablar con ustedes.

Este 8 de marzo quiero ofrecer mi apoyo y hermandad abriendo mi corazón de par en par hablándoles de mi experiencia con la maternidad. De esa cara oscura de la que nadie me habló, de esa cara b que creemos que no hemos comprado con el single.

Al año de nacer mi hija, sentía que me había convertido en una esclava sin sueños, sin metas, había escrito 4 proyectos cinematográficos que no habían salido a la luz. No dormía, estaba sola en una ciudad desconocida, sin amigos, sin mi familia. No me peinaba, cada vez me veía más fea. No tenía una carrera y la de mi marido cada vez era más exitosa (ante mis ojos). Empecé a marchitar mientras todo a mi alrededor florecía (según yo).

Hasta que un día, 7 días antes de mi cumpleaños, decidí ser feliz. Se lo dije a mi marido: vamos a ser felices estos 7 días, muy felices, y despídete de mí, porque me voy. Estaba totalmente decidida a despedirme de mi familia. Iba a quitarme la vida, el día de mi cumpleaños.

Mi marido acertó en hablar con mi hermana mayor.

Al poco tiempo ella se comunicó conmigo, y me recordó algo que había olvidado: estudiaste fotografía- me dijo y yo le dije: -pero hace tanto tiempo ya… a lo que me contestó: - tienes que hacer fotos otra vez . Lloré y lloro otra vez al escribirlo y recordar. Me hizo ilusión pensar en mí volviendo a hacer fotos (hacía 10 años que había estudiado pero esa conversación me sacudió)

El día de mi cumpleaños mi marido me regaló la Nikon con la que trabajo, y me dijo: inténtalo, te queremos.. y eso hice y desde entonces vivo intentado.

Luchando contra una enfermedad tan silenciosa como es la depresión.

Por qué cuento todo esto?… mi hermana me salvó la vida. Lo que he escrito aquí creo que lo sabíamos sólo mi marido, mi hermana y yo pero he decidido postearlo aquí como un ofrecimiento de hermandad a todas aquellas que están pasando por algo como lo que yo pasé.

Algunas de mis clientas (amigas ya), alguna vez me cuentan que ha sido duro, otras que están muy bien, pero todas coinciden en que la maternidad te cambia para siempre, pero entre hermanas la carga es menos pesada. Así que a partir del lunes, para todas las que quieran, abriré una sección en mi web para las que quieran enviar y recibir cartas de otras chicas que han pasado por esta metamorfosis o bien las que están por vivirlo ( si quieres participar mándame un WhatsApp 634550284).

Me despido no sin antes recalcar que hago este post un día como hoy, pues el empoderamiento femenino también está en reconocer nuestros sentimientos, en recordar, aceptar y sanar y, así como el ave fénix que resurge de las cenizas, ayudar a otras hermanas.